Hola a todos
Siempre hay algún mueble en nuestra casa al que tenemos especial cariño. Un mueble que ya no pega «ni con cola» en la decoración de nuestra casa, y que nos impide dar ese toque nuevo que queremos ver en la habitación que acabamos de re-decorar, en el salón que acabamos de pintar……Pues le damos un aspecto nuevo a ese mueble, utilizando la técnica que más nos guste ¿verdad?.
Esto es lo que vinos cuando cambiamos el mueble de mi salón y lo pintamos de rojo dándole una vida nueva.
Pues bien, hoy vamos a ver que pasa cuando el mueble, es una pieza casi inservible y queremos hacer de él algo útil y decorativo.
Todo lo que os voy a exponer esta llevado a cabo en la Escuela Trinel donde estoy estudiando un Master de Restauración y Reciclaje de Muebles.
Laura, una de nuestras profesoras nos entregó una silla y nos propuso un tema «reciclar una silla basándonos en las ruinas de Pompeya y Herculano».
Ruinas, historia, telas, pinturas, colores, muebles……un enriquecedor trabajo de investigación para saber que nos inspiraba, que nos contaba todo lo que leíamos y veíamos.
Las sillas se convirtieron en cunas, taburetes, mesas e incluso se mantuvo la funcionalidad como silla….totalmente nueva.
Y este es mi proyecto….y esta la silla que me entregaron
Después del proceso de investigación lo que más me llamo la atención fueron los colores, el famoso color rojo pompeyano, que no es un rojo como tal sino que procede de la oxidación del amarillo ocre a causa de la lava. También me intereso las sillas curul que utilizaban los magistrados y que eran plegables para poder llevarlas más cómodamente de un sitio a otro. El material con que estaban hechas, cuero, hierro y madera.
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Para empezar, quitamos la enea de la silla y le pasamos una quitamos los restos de barniz que le quedaban (simplemente pasando una lija).
A continuación quitamos todos adornos del respaldo y el travesaño central. Cortamos loa laterales y volvemos a colocar la parte de arriba. hacemos una plantilla del asiento y cortamos una madera con ella. Después la colocamos en la silla
Tapamos las grietas, lijamos y pintamos el armazón de la silla de color negro mezclado con un poco de plombagina, que le dará un color parecido a la mina de un lapicero.
Ahora pegamos con cola blanca trozos de papel celulosa en el asiento y el respaldo
Y lo pintamos de rojo….pompeyano
Vamos a darle unos toques con una esponja con diferentes tonos de marrón y rojo más oscuro para darle un aspecto de cuero viejo.
Terminamos dando un poco de cera y cuando esta seca bruñimos con un trapo
Y ya tenemos nuestra silla….con un aspecto muy diferente.
¿Que os ha parecido?
Aquí os dejo una muestra de las sillas de mis compañeras….son muy chulas.
Todas estamos en el Master de Restauración y Reciclaje de la Escuela Trinel
Nos vemos pronto